martes, 29 de diciembre de 2009

Drugstore

Mi madre, hiperactiva, compulsiva, no para un segundo, hace mil cosas al mismo tiempo, habladora frenética, sin filtro, sin vueltas, sin margen de error individual, capricorniana, satisfactora social, vive para complacer al resto y se olvida de sus propias necesidades.

Mi padre, trabajador al límite, demandante en exceso, leonino, autoexigente al extremo, sacadamente estructurado, demasiado generoso para con nosotras, predecible, preventivo, calculador, planificador innato, determinante.

Él es ingeniero agrónomo y trabaja para el Estado; ella, instrumentadora quirúrgica (y por supuesto como no le alcanza ser monoworker, vende ropa con una vecina y tienen su emprendimiento en la baulera del edificio).

Madre: -Ah no, lo que me faltaba, escucharte decir que no tenés espacio. Lo tuyo es apoteótico.

Padre: -Siempre haciendo drama por todo.

Madre: -Yo no soy conflictiva. Vos sos el que siempre se está quejando. Siempre te falta algo. Aprendé a ser feliz con lo que te tocó, querido, y dejá ser felices a los demás.

Padre: -¿Ves que no se puede hablar con vos? Siempre te vas por las ramas.

Madre: -Bueno a ver. El tema era el espacio. Tenés el dormitorio con tele. Te lo dejo si querés, yo para tirarme a dormir, me tiro en la pieza de Clarita y estoy espléndida leyendo un libro. Tenés el escritorio... bueno como le quieras llamar a ese desarmadero, con todo tirado, papeles, cajas, cigarillos, mugre, cablecitos de acá, aparatitos por allá... La verdad no sé para qué tenés oficina si todo terminada acumulado en casa. Tenés la habitación de servicio del fondo, con todas herramientas, máquinas, las obsoletas cañas de pescar y boludeces que te encanta acumular y que nunca resuelven nada, porque después la que termina saliendo a comprar las cosas soy yo.

Padre: -Bueno, bueno, ya está. ¿Querés que te dé la razón? Está bien, tenés razón. Yo soy el malo, yo soy el boludo, yo soy el equivocado.

Madre: -Pero claro hermano, te quejas que no tenés espacio y tenés toda la casa para vos y tus cosas. Lo tuyo es un problema existencial de carácter personal que tenés que resolver solito. No tirar mierda para todos lados.

Padre: -Bueno me voy mejor. Me voy. Me voy a acostar.

Madre: -Falta que yo baje el negocio al departamento y esto se convierte en un POLIRUBRO.

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